Felicidades Criss

Hoy tengo un problema. Ese tipo de incógnitas que sólo emergen cuando en la mente transcurren emociones que encuentran un punto de no retorno en el cual elegir la palabra que resulte la más adecuada es cuanto menos, arriesgado o temerario.

Son ya 47 años, y felicitarte es un poco más difícil, más cuando la fatalidad se cruza en un camino destinado a brillar con la única luz que desprenden quienes son capaces de traspasar la barrera de lo ordinario para introducirse mediante los poros y llegar a tener un significado grabado a fuego de quien hoy te recuerda, tengo la convicción de que esa construcción, al menos en mi, nunca ha sido en vano.

Caminar por la calle y que un estribillo o un solo me asalte la cabeza evocando diferentes recuerdos y situaciones siempre están supeditadas al deseo de poder ver la banda que formaste hace ya 27 años junto a tu hermano Jon, porque a él ahora las cosas le van bien y sé que es lo que deseas, pero ha dejado huérfanos a una generación de nuevos seguidores de la oportunidad de ver a Savatage, aunque todos tenemos la más profunda convicción de que algún día esa noticia se producirá.

Nunca jamás imaginé que cuando las notas de ese piano meloso y suave que conocí en When The Crowds Are Gone tu música llegara a crear en mi una nueva visión y un compromiso con Savatage.


Las lágrimas de emoción derramadas y las penas que he curado o las sonrisas inacabables que he esbozado con Hounds, Tonight He Grins Again, Follow Me, o la inconmensurable Believe solo merecen recordarte como te mereces, quizás yo no esté al nivel, pero te puedo asegurar que tu legado, pasito a pasito y metro a metro irá poniéndote en el lugar que el tiempo, ese que no esperó para poner en medio de la carretera un fatal suceso, te compensará, Criss.

Ya jamás podré verte sobre las tablas, ni observar las miradas llenas de complicidad que enviabas a Jon en cada concierto, pero mi serenidad se llena cuando un nuevo día, una persona te da la oportunidad, consigue conectar con la dimensión que Savatage supo crear y siente la necesidad de reunir fuerza que sólo tus solos, tus melodías y la teatralidad de tu hermano desprenden para viajar mucho más allá de carreteras secundarias donde la desgracia aguarda.

Olvidemos esto por un momento... ¡Es tu cumpleaños!